Ars moriendi
Fueron escritos alrededor de 1415 y 1450, durante un periodo en el que los horrores de la peste negra y los consecuentes levantamientos populares estaban muy presentes en la sociedad.
Su popularidad fue tal, que se tradujo a la mayoría de las lenguas europeas occidentales, y fue la primera obra de una posterior tradición literaria occidental de guías para la muerte.
Originalmente había una versión larga, y posteriormente una versión corta, conformada por once grabados de imágenes instructivas para que pudiera ser explicado y memorizado fácilmente.
La necesidad de prepararse para la propia muerte era bien conocida en la literatura medieval a través de escenas en lechos de muerte, pero antes del siglo XV no había tradición literaria sobre cómo prepararse para morir, sobre lo que significaba morir de buena manera o cómo hacerlo. Los protocolos, rituales y consolaciones del lecho de muerte eran reservados generalmente para los servicios de un sacerdote.
El Ars moriendi era una respuesta innovadora de la Iglesia católica a las cambiantes condiciones causadas por la peste negra —particularmente, las filas clericales habían sido duramente azotadas, y tomaría generaciones reemplazarlas tanto en cantidad como en calidad—, el texto y las imágenes proporcionaron los servicios de un «sacerdote virtual» al público común, una idea que apenas 60 años antes hubiera sido una intrusión impensada en los poderes de la iglesia. El Ars moriendi proveía guía para morir a aquellos que experimentaron los horrores macabros de los siglos XIV y XV, en particular la peste negra; y para aquellos que buscaban maneras de distinguirse haciendo los actos «apropiados» en un creciente estatus culturalmente consciente en una Europa despoblada pero, consecuentemente, más próspera per capita. No es de extrañar que esta temática diese lugar a una rica tradición que se prolongó en el Renacimiento y el Barroco, con unos contenidos cada vez más complejos y más interesantes para el público lector.
El Ars moriendi (versión larga) consiste de seis capítulos:
-El primer capítulo explica que morir tiene un lado bueno y sirve para consolar al moribundo y enseñarle que la muerte no es algo a lo cual temer.
-El segundo capítulo resume las cinco tentaciones que asaltan a un hombre moribundo, y cómo evadirlas. Estas son la falta de fe, la desesperación, la impaciencia, el orgullo espiritual y la codicia.
-El tercer capítulo lista las siete preguntas para hacerle al moribundo, junto con una consolación a través de los poderes redentores del amor de Cristo.
-El cuarto capítulo expresa la necesidad de imitar la vida de Cristo.
-El quinto capítulo está dirigido a los amigos y familiares, marcando las pautas de comportamiento en el lecho de muerte.
-El sexto capítulo incluye la oración adecuada para el moribundo.
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