El ego también posee una polaridad, es el conocido como «alter ego», es el perverso doble alternativo y negativo, llamado también (Doppelgänger) que significa «doble» y gänger: «andante». Juntos viven y participan de esta danza (teatro) que es la vida.
El otro ego, es más dócil y benévolo, más dado a la espiritualidad y a la compasión, está al servicio de los demás, es culto, se le da bien vivir en comunidad, es carismático en su clan, pero también es posesivo, se entristece con facilidad cuando hace el bien y no es recompensado y si la persona que ama o a ayudado lo desprecia, no le hace caso o no lo valora, sufrirá mucho por este desagravio.
Diría que este ego manso y benévolo espiritual-religioso, es el más dado al apego y al sufrimiento que el otro ego oscuro, ya que este otro alter ego, es su condición el sufrimiento, porque está en guerra total con el cosmos, es violento y depredador por naturaleza, no hace pactos, te descuartiza al instante y punto, el cual representa a nuestro cerebro reptiliano, solo le satisface los vicios temporales y su oficio por excelencia, es el ejercer de vampiro energético. Ambos egos son ilusión, no existen como tal.
Comprender esto, es estar dispuesto a soltar ambos egos, pues el drama está en identificarse con uno de los dos, tú no eres el malo de la película, ni el perverso villano, pero tampoco eres el bueno héroe caritativo y seductor amoroso, tú no eres luz como una luciérnaga, pero tampoco eres sombra como un demonio, tú no eres el espiritual ni el fiel religioso y devoto.
Tan solo eres la conciencia que le da vida y motivo de existir a esos pares de opuesto.
Roly Polanco
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